ENTRENA TU MENTE PARA TOCAR UN INSTRUMENTO
"Tanto si piensas que puedes como que no puedes, tienes razón". Henry Ford.
por EVA GARCÍA, profesora de FLAUTA TRAVESERA del CPMAVGH
Ni
las piernas, ni las manos, ni el corazón; lo único que nos impulsa hacia el
éxito en cualquier área es nuestra mente. Aunque a veces nos juega malas
pasadas y no es fácil controlarla, la buena noticia es que se puede entrenar y
con muy buenos resultados.
EL
IDIOMA DEL ÉXITO
Tal
como pensamos, creamos nuestra realidad. Porque así como pensamos, actuamos y
sentimos. Entonces, ¿vamos a dejar en manos de nuestros hábitos, de nuestras
circunstancias o del destino la manera en que nos enfrentamos a nuestra vida y
a nuestra práctica musical? Por supuesto que no. Lo primero que necesitamos es
ponernos el chándal del cambio, visualizar que otra mente es posible y que
tenemos poder para decidir cómo y dónde guardar nuestras vivencias en cada
momento, y que de esto va a depender nuestra capacidad o incapacidad para vivir
como deseamos. Vamos a ver algunas claves para lograrlo.
SENTIMIENTO
= EMOCIÓN + PENSAMIENTO
En
el primer nivel de percepción de nuestros sentidos tenemos las emociones, que
nos avisan cuando nuestro equilibrio está en riesgo o amenaza. Hay seis
emociones básicas:
-Miedo.
Nos avisa de una falta de recursos.
-Tristeza.
Nos avisa de una pérdida.
-Alegría.
Nos avisa de la consecución de un logro.
-Enfado.
Nos avisa de una invasión de límites.
-Asco.
Nos avisa de valores importantes que entran en conflicto.
-Sorpresa.
Nos avisa de algo inesperado.
Las
emociones son como el salpicadero de un coche, debemos escucharlas, leerlas y
atenderlas adecuadamente para poder resolver la situación de la que nos están
avisando. Todas ellas, sean de carácter positivo o negativo, son muy útiles
para darnos información de lo que nos está sucediendo y así poder abordarlo de
manera satisfactoria.
En
el segundo nivel de percepción, tenemos los sentimientos (sentimiento = emoción
+ pensamiento). Las emociones son neutras por sí mismas y dependiendo del
pensamiento que les pongamos, esto genera en nosotros un sentimiento u otro.
Aquí está la clave!!, por eso nuestros pensamientos configuran nuestra
realidad. Y es que, ante una misma emoción, si cambio mi pensamiento puedo
modificar radicalmente cómo me siento.
Además,
una emoción no escuchada, no atendida y mantenida en el tiempo genera una carga
emocional, que no me permite reaccionar como quiero y me bloquea, en cierta
medida. Algunos ejemplos cotidianos podrían ser:
El
miedo no atendido y mantenido genera estrés, parálisis.
La
tristeza genera depresión.
El
enfado genera ira.
El
asco genera intolerancia.
Etc…
Por
todo lo anterior, recuerda: nuestros pensamientos configuran nuestra realidad.
Al tocar tu instrumento también ocurre; no olvides prestarles atención.
ECOLOGÍA
EN EL LENGUAJE. HIGIENE VERBAL
El
lenguaje nos dice muchas cosas de cómo somos. Sólo con escuchar hablar a una
persona ya nos da mucha información de ella. Algunas pautas para cuidar nuestra
higiene verbal son:
-Hablar
en 1ª persona del singular: evitar el uso del impersonal. Yo soy el
protagonista (actor, director y guionista) de mi vida y de mi estudio y, por
eso, yo puedo decidir cómo enfocarme y vivir mi realidad en cada momento.
-Evitar
las generalizaciones o absolutismos como todo, nada, nunca, siempre… que van en
la línea del blanco o negro. Todo en la vida, también tú y tu instrumento,
puede tener matices muy enriquecedores.
-Evitar
las excusas o justificaciones tales como pero, es que, no puedo, no me sale…
que nos restan recursos.
-Sustituir
el Tengo que (nos quita energía) por Quiero, Deseo… (nos aporta energía).
-Intentar
no existe, hazlo. Intentar es una perfecta justificación que nuestro cerebro
encuentra para permitirnos no cumplir los compromisos. No lo intentes, hazlo!
-Tampoco
existe la buena o mala suerte. Prueba a preguntarte…. “¿Qué he hecho yo para
estar en esta situación?”.
-La
palabra difícil tiene una connotación negativa y genera inmovilidad. Seguro que
si la sustituyes por reto, complejo, te dinamiza.
-Opiniones
sí. Críticas y juicios no.
En
definitiva, es hacerme amigo de un vocabulario que me empuje, que me genere
pasión y que me centre en lo que depende de mí mismo. Porque, recuerda,
eligiendo el vocabulario, elijo los pensamientos y elijo cómo me quiero sentir.
YO
ELIJO CÓMO VIVIR
Os
voy a contar un cuento que nos ayudará a entender mejor la importancia de la
intencionalidad durante el estudio. Sólo una aclaración, quizá desde nuestra
mirada el cuento puede tener cierta connotación clasista propia de la época,
que no tendremos en cuenta para nuestro propósito.
Un
caballero medieval estaba dando un paseo con su caballo cuando vio a tres
picapedreros que estaban trabajando muy duro en una gran cantera. Se dirigió a
ellos.
El
primero de ellos estaba muy enfadado y su aspecto era gris y huraño. Le
preguntó: “¿Qué estás haciendo?”. El picapedrero, de muy malas maneras, le
contestó: “¿Es que no lo ves? Sacando piedra de esta mole, sólo pico y pico
todo el día, estoy agotado y muy cabreado!”. Después de despedirse, el
caballero se alejó, casi asustado.
Pocos
metros más allá, se encontró con otro picapedrero que le pareció de mejor
humor. Se dirigió a él con la misma pregunta. El hombre le respondió: “Pues
aquí, picando cientos, miles…. de losas grandes y cuadradas”.
Más
a lo lejos, escuchó a un hombre silbando y cantando. Se acercó y vio a un
picapedrero risueño y jovial que le acogió con mucho cariño. A la pregunta: “¿Y
tú qué estás haciendo?”, el feliz picapedrero le respondió con alegría:
“¿Yo? Yo estoy construyendo la catedral
de Burgos!!”.
Lo
primero de todo a tener claro es que los tres picapedreros hacen exactamente el
mismo trabajo. Sin embargo, hay diferencias claves en la manera de ejecutarlo.
El
primer picapedrero se centra en el esfuerzo, en la acción, en repetir el
trabajo de manera monótona, sin más. Pone su foco en el HACER.
El
segundo pone su atención en los resultados, en la ejecución del trabajo. Foco
en el CÓMO.
El
tercero pone su energía en la intención, en la utilidad del trabajo, en su
visión de futuro, en su vivencia. Y esta es la clave de la AUTOMOTIVACIÓN, que
nos funciona porque dinamiza los recursos y la energía que ya tenemos. Se trata
de comprender el propósito de nuestra tarea, más allá de la misma. Foco en el
PARA QUÉ.
En
el caso de tu práctica con el instrumento, podría ser:
1.-
Piensa un objetivo (un para qué) para la sesión de estudio de hoy. Descríbelo
de tal forma que dependa íntegramente de ti. Dirígelo hacia la actitud, el
rendimiento del estudio… y nunca hacia el resultado. Por ejemplo, “disfrutar
del estudio, de mi conexión con el instrumento, estar atento a aquello que me
dice el profesor, sentir cómo fluyo tocando”.
2.-
Para estar pendiente del objetivo mientras tocas, te dirás a ti mismo:
“Disfruta, sopla, pasa el arco, impulsa la tecla, pon a funcionar los brazos y
las manos. Estás aquí presente con tu instrumento, siéntete feliz y afortunado
por poder hacerlo”.
En
resumen, se trata de encontrar tu “para qué”, de estar centrado en disfrutar y
en hacer lo que quieres hacer y que, a la vez, no tengas ningún pensamiento
negativo y seas ecológico en tu lenguaje.
¿Y
en tu caso? ¿Cuál es tu “para qué”, tu “catedral de Burgos” durante tu estudio
y/o durante tu vida? Búscala, no te olvides de hacerlo en cada momento para
disfrutar, sentir y vivir como deseas!
OTRAS
CLAVES. PSICOLOGÍA POSITIVA
La
Psicología Positiva es una ciencia que se empezó a desarrollar en el año 1998 y
que estudia áreas que nos ayudan a sentirnos mejor, sin renegar de las
adversidades de la vida. Es importante distinguirla del pensamiento positivo,
que no tiene rigor científico y que se centra sólo en los aspectos positivos
obviando los negativos.
De la Psicología Positiva podemos extraer algunas claves para entrenar nuestra mente a la hora de tocar un instrumento:
1.-
Saborear. Ser muy consciente del placer de tocar en cada momento que lo hago.
2.-
Expresar gratitud. La gratitud es un sentimiento de alegría hacia lo que me ha
sido dado. En nuestro caso, que amamos tanto la música, la gratitud ha de ser
infinita por tener la fortuna de poder tocar un instrumento y poder transmitir
nuestras emociones a través de él.
3.-Amabilidad.
Hacia mí mismo y hacia los demás. Porque beneficia a la persona que lo recibe
y, sobre todo, a la que lo ofrece. Porque aumenta el nivel de felicidad,
autoconfianza y energía. Porque reduce el dolor, la ansiedad, el miedo. Porque
nos acerca en vez de alejarnos.
4.-
Cuidar el cuerpo. A través de una alimentación sana y equilibrada, de un buen
descanso y de la práctica de ejercicio físico tendremos un cerebro más sano y
estaremos mejor preparados para las intensas horas de estudio.
5.-
Evitar la comparación social. En nuestra profesión, debido a lo expuestos que
estamos continuamente, es muy fácil caer en la comparación. Es aconsejable
tratar de evitarla porque genera mucho dolor e infelicidad. Eso sí, puede ser
útil en el caso que suponga un modelo, un ejemplo y una inspiración para
crecer.
6.-
Cuidar las relaciones. El hecho de rodearnos de personas con las que
compartimos afecto, nos ayuda a ser más felices.
7.-
Optimismo realista. Siempre trabajar con la meta de tener un desenlace positivo
aunque preparado emocionalmente para la posibilidad de un desenlace negativo.
ALGUNAS
SITUACIONES de posible vulnerabilidad en nuestro estudio con el instrumento
1. TIENES PROBLEMAS PERSONALES QUE TE
CONDICIONAN.
Problemas
con los amigos, los estudios, el trabajo, la familia… que te descentran cuando
coges el instrumento y hacen que no te sientas con ganas de tocar.
¿Qué
te parece si pruebas a modificar tu discurso mental mientras estudias? Se trata
de cambiar el foco de atención, de centrarte en el presente enviándote
información que suma hacia tu objetivo en vez de restar. ¿Sientes las manos
sujetando tu instrumento? ¿Sientes tu respiración? ¿Sientes tu pelvis bien
colocada? Prueba a sentir los latidos de tu corazón. Ellos te dan fuerza y
llevan la sangre hacia tus músculos, dotándolos de la energía necesaria para
tocar. Disfruta con todo ello, saborea el momento presente...
2. BOICOT PERSONAL.
Ocurre
cuando te maltratas con tus pensamientos. ¿Te beberías un bote de lejía? ¿A que
no lo harías? Y entonces… ¿por qué te
metes veneno en tus pensamientos tipo “no puedo”, “no me sale” ó “los demás lo
hacen mejor”?
Para,
frena, STOP. No pierdas tu “para qué”. Estás aquí para aprender música y para
disfrutar de ello. No te distraigas.
3. PÉRDIDA DE SENSACIONES POSITIVAS.
Puede
que en algún momento hayas perdido la ilusión y te dediques a tocar porque es
lo que hay que hacer, sin ilusión, sin motivación.
De
nuevo, el camino es buscar tu “para qué” y tu vivencia con el instrumento para
volver a encontrar el disfrute que ahora tienes automatizado y al que no
prestas atención. ¿Y si tratas de enseñar a tocar a alguien de tu familia? ¿O a
algún muñeco, a un imaginario amigo o a un extraterrestre? Prueba a contarles,
desde tu pasión, todos los detalles de tu instrumento, de la música que
interpretas, de las señales internas que experimenta tu cuerpo al tocar….
Descubrirás y conectarás con sensaciones que tenías al inicio cuando todo te
llamaba la atención y que, en ocasiones, con la rutina, dejamos pasar de largo.
Haz el ejercicio constante de mirar a tu práctica instrumental con pasión y
curiosidad y te sorprenderás.
4. MIEDO.
El
miedo a una audición, concierto, clase, concurso… no puede ganarte. Llevas mucho
tiempo practicando, invirtiendo toda tu energía y tus ganas en mejorar con tu
instrumento, y deseas con todo tu corazón que todo te salga bien. Y eso es
precisamente lo que piensas, que con todo lo que has estudiado te mereces ya de
una vez por todas que te salga muy bien.
Ojo,
no pierdas de nuevo tu foco, tu “para qué”. Y es que tu propia exigencia sobre
el resultado hace que pierdas de vista el camino, el disfrute, las sensaciones…
y que te enredes en pensamientos de exigencia y estrés que, como sabes, te
generan sentimientos desagradables y de mucho sufrimiento. Por eso: centra tus
pensamientos en disfrutar y saborear cada momento de tu estudio eliminando los
pensamientos que no te aportan nada. Proponte siempre disfrutar del camino y
olvídate de la meta porque así llegarás más fácil y, sobre todo, más feliz a
ella.
En
definitiva… ¿CÓMO QUIERES VIVIR TU PRÁCTICA INSTRUMENTAL? Tú decides!
Ya
hemos visto que pensar a la vez en lo que te gusta y te hace disfrutar y en lo
que te aleja de ello, es incompatible a nivel cerebral. O piensas en una cosa o
en la otra; tú decides, tú eres el protagonista y el responsable de tus
pensamientos. La única y maravillosa tarea que tienes por delante consiste en
aprender a hablarte en un idioma que te capacite y que te permita sentirte bien
día tras día en tu práctica con el instrumento. Y en tu vida.
Ánimo.
No te distraigas.
BIBLIOGRAFÍA
Inside out. Película
El
juego interior del tenis. Timothy Gallwey
El
hombre en busca del sentido. Viktor Frankl
Inteligencia
emocional. Daniel Goleman
Focus.
Daniel Goleman
Los
7 hábitos de la gente altamente efectiva. Stephen Covey
Herramientas
de coaching personal. Francisco Yuste
La
ciencia de la felicidad. Sonja Lyubomirsky
Coaching para el
éxito. Talane Miedane