Nº 7. Entrena tu mente para tocar un instrumento


ENTRENA TU MENTE PARA TOCAR UN INSTRUMENTO 
"Tanto si piensas que puedes como que no puedes, tienes razón". Henry Ford.
por EVA GARCÍA, profesora de FLAUTA TRAVESERA del CPMAVGH

Ni las piernas, ni las manos, ni el corazón; lo único que nos impulsa hacia el éxito en cualquier área es nuestra mente. Aunque a veces nos juega malas pasadas y no es fácil controlarla, la buena noticia es que se puede entrenar y con muy buenos resultados.

EL IDIOMA DEL ÉXITO
Tal como pensamos, creamos nuestra realidad. Porque así como pensamos, actuamos y sentimos. Entonces, ¿vamos a dejar en manos de nuestros hábitos, de nuestras circunstancias o del destino la manera en que nos enfrentamos a nuestra vida y a nuestra práctica musical? Por supuesto que no. Lo primero que necesitamos es ponernos el chándal del cambio, visualizar que otra mente es posible y que tenemos poder para decidir cómo y dónde guardar nuestras vivencias en cada momento, y que de esto va a depender nuestra capacidad o incapacidad para vivir como deseamos. Vamos a ver algunas claves para lograrlo.

SENTIMIENTO = EMOCIÓN + PENSAMIENTO
En el primer nivel de percepción de nuestros sentidos tenemos las emociones, que nos avisan cuando nuestro equilibrio está en riesgo o amenaza. Hay seis emociones básicas:
-Miedo. Nos avisa de una falta de recursos.
-Tristeza. Nos avisa de una pérdida.
-Alegría. Nos avisa de la consecución de un logro.
-Enfado. Nos avisa de una invasión de límites.
-Asco. Nos avisa de valores importantes que entran en conflicto.
-Sorpresa. Nos avisa de algo inesperado.

Las emociones son como el salpicadero de un coche, debemos escucharlas, leerlas y atenderlas adecuadamente para poder resolver la situación de la que nos están avisando. Todas ellas, sean de carácter positivo o negativo, son muy útiles para darnos información de lo que nos está sucediendo y así poder abordarlo de manera satisfactoria.

En el segundo nivel de percepción, tenemos los sentimientos (sentimiento = emoción + pensamiento). Las emociones son neutras por sí mismas y dependiendo del pensamiento que les pongamos, esto genera en nosotros un sentimiento u otro. Aquí está la clave!!, por eso nuestros pensamientos configuran nuestra realidad. Y es que, ante una misma emoción, si cambio mi pensamiento puedo modificar radicalmente cómo me siento.
Además, una emoción no escuchada, no atendida y mantenida en el tiempo genera una carga emocional, que no me permite reaccionar como quiero y me bloquea, en cierta medida. Algunos ejemplos cotidianos podrían ser:
El miedo no atendido y mantenido genera estrés, parálisis.
La tristeza genera depresión.
El enfado genera ira.
El asco genera intolerancia.
Etc…
Por todo lo anterior, recuerda: nuestros pensamientos configuran nuestra realidad. Al tocar tu instrumento también ocurre; no olvides prestarles atención.

ECOLOGÍA EN EL LENGUAJE. HIGIENE VERBAL
El lenguaje nos dice muchas cosas de cómo somos. Sólo con escuchar hablar a una persona ya nos da mucha información de ella. Algunas pautas para cuidar nuestra higiene verbal son:
-Hablar en 1ª persona del singular: evitar el uso del impersonal. Yo soy el protagonista (actor, director y guionista) de mi vida y de mi estudio y, por eso, yo puedo decidir cómo enfocarme y vivir mi realidad en cada momento.
-Evitar las generalizaciones o absolutismos como todo, nada, nunca, siempre… que van en la línea del blanco o negro. Todo en la vida, también tú y tu instrumento, puede tener matices muy enriquecedores.
-Evitar las excusas o justificaciones tales como pero, es que, no puedo, no me sale… que nos restan recursos.
-Sustituir el Tengo que (nos quita energía) por Quiero, Deseo… (nos aporta energía).
-Intentar no existe, hazlo. Intentar es una perfecta justificación que nuestro cerebro encuentra para permitirnos no cumplir los compromisos. No lo intentes, hazlo!
-Tampoco existe la buena o mala suerte. Prueba a preguntarte…. “¿Qué he hecho yo para estar en esta situación?”.
-La palabra difícil tiene una connotación negativa y genera inmovilidad. Seguro que si la sustituyes por reto, complejo, te dinamiza.
-Opiniones sí. Críticas y juicios no.

En definitiva, es hacerme amigo de un vocabulario que me empuje, que me genere pasión y que me centre en lo que depende de mí mismo. Porque, recuerda, eligiendo el vocabulario, elijo los pensamientos y elijo cómo me quiero sentir.

YO ELIJO CÓMO VIVIR
Os voy a contar un cuento que nos ayudará a entender mejor la importancia de la intencionalidad durante el estudio. Sólo una aclaración, quizá desde nuestra mirada el cuento puede tener cierta connotación clasista propia de la época, que no tendremos en cuenta para nuestro propósito.

Un caballero medieval estaba dando un paseo con su caballo cuando vio a tres picapedreros que estaban trabajando muy duro en una gran cantera. Se dirigió a ellos.
El primero de ellos estaba muy enfadado y su aspecto era gris y huraño. Le preguntó: “¿Qué estás haciendo?”. El picapedrero, de muy malas maneras, le contestó: “¿Es que no lo ves? Sacando piedra de esta mole, sólo pico y pico todo el día, estoy agotado y muy cabreado!”. Después de despedirse, el caballero se alejó, casi asustado.
Pocos metros más allá, se encontró con otro picapedrero que le pareció de mejor humor. Se dirigió a él con la misma pregunta. El hombre le respondió: “Pues aquí, picando cientos, miles…. de losas grandes y cuadradas”.
Más a lo lejos, escuchó a un hombre silbando y cantando. Se acercó y vio a un picapedrero risueño y jovial que le acogió con mucho cariño. A la pregunta: “¿Y tú qué estás haciendo?”, el feliz picapedrero le respondió con alegría: “¿Yo?  Yo estoy construyendo la catedral de Burgos!!”. 

¿Qué conclusiones podemos sacar?
Lo primero de todo a tener claro es que los tres picapedreros hacen exactamente el mismo trabajo. Sin embargo, hay diferencias claves en la manera de ejecutarlo.
El primer picapedrero se centra en el esfuerzo, en la acción, en repetir el trabajo de manera monótona, sin más. Pone su foco en el HACER.
El segundo pone su atención en los resultados, en la ejecución del trabajo. Foco en el CÓMO.
El tercero pone su energía en la intención, en la utilidad del trabajo, en su visión de futuro, en su vivencia. Y esta es la clave de la AUTOMOTIVACIÓN, que nos funciona porque dinamiza los recursos y la energía que ya tenemos. Se trata de comprender el propósito de nuestra tarea, más allá de la misma. Foco en el PARA QUÉ.

En el caso de tu práctica con el instrumento, podría ser:
1.- Piensa un objetivo (un para qué) para la sesión de estudio de hoy. Descríbelo de tal forma que dependa íntegramente de ti. Dirígelo hacia la actitud, el rendimiento del estudio… y nunca hacia el resultado. Por ejemplo, “disfrutar del estudio, de mi conexión con el instrumento, estar atento a aquello que me dice el profesor, sentir cómo fluyo tocando”.
2.- Para estar pendiente del objetivo mientras tocas, te dirás a ti mismo: “Disfruta, sopla, pasa el arco, impulsa la tecla, pon a funcionar los brazos y las manos. Estás aquí presente con tu instrumento, siéntete feliz y afortunado por poder hacerlo”.

En resumen, se trata de encontrar tu “para qué”, de estar centrado en disfrutar y en hacer lo que quieres hacer y que, a la vez, no tengas ningún pensamiento negativo y seas ecológico en tu lenguaje.

¿Y en tu caso? ¿Cuál es tu “para qué”, tu “catedral de Burgos” durante tu estudio y/o durante tu vida? Búscala, no te olvides de hacerlo en cada momento para disfrutar, sentir y vivir como deseas!

OTRAS CLAVES. PSICOLOGÍA POSITIVA
La Psicología Positiva es una ciencia que se empezó a desarrollar en el año 1998 y que estudia áreas que nos ayudan a sentirnos mejor, sin renegar de las adversidades de la vida. Es importante distinguirla del pensamiento positivo, que no tiene rigor científico y que se centra sólo en los aspectos positivos obviando los negativos. 


De la Psicología Positiva podemos extraer algunas claves para entrenar nuestra mente a la hora de tocar un instrumento:
1.- Saborear. Ser muy consciente del placer de tocar en cada momento que lo hago.
2.- Expresar gratitud. La gratitud es un sentimiento de alegría hacia lo que me ha sido dado. En nuestro caso, que amamos tanto la música, la gratitud ha de ser infinita por tener la fortuna de poder tocar un instrumento y poder transmitir nuestras emociones a través de él.
3.-Amabilidad. Hacia mí mismo y hacia los demás. Porque beneficia a la persona que lo recibe y, sobre todo, a la que lo ofrece. Porque aumenta el nivel de felicidad, autoconfianza y energía. Porque reduce el dolor, la ansiedad, el miedo. Porque nos acerca en vez de alejarnos.
4.- Cuidar el cuerpo. A través de una alimentación sana y equilibrada, de un buen descanso y de la práctica de ejercicio físico tendremos un cerebro más sano y estaremos mejor preparados para las intensas horas de estudio.
5.- Evitar la comparación social. En nuestra profesión, debido a lo expuestos que estamos continuamente, es muy fácil caer en la comparación. Es aconsejable tratar de evitarla porque genera mucho dolor e infelicidad. Eso sí, puede ser útil en el caso que suponga un modelo, un ejemplo y una inspiración para crecer.
6.- Cuidar las relaciones. El hecho de rodearnos de personas con las que compartimos afecto, nos ayuda a ser más felices.
7.- Optimismo realista. Siempre trabajar con la meta de tener un desenlace positivo aunque preparado emocionalmente para la posibilidad de un desenlace negativo.

ALGUNAS SITUACIONES de posible vulnerabilidad en nuestro estudio con el instrumento

1.     TIENES PROBLEMAS PERSONALES QUE TE CONDICIONAN.
Problemas con los amigos, los estudios, el trabajo, la familia… que te descentran cuando coges el instrumento y hacen que no te sientas con ganas de tocar.
¿Qué te parece si pruebas a modificar tu discurso mental mientras estudias? Se trata de cambiar el foco de atención, de centrarte en el presente enviándote información que suma hacia tu objetivo en vez de restar. ¿Sientes las manos sujetando tu instrumento? ¿Sientes tu respiración? ¿Sientes tu pelvis bien colocada? Prueba a sentir los latidos de tu corazón. Ellos te dan fuerza y llevan la sangre hacia tus músculos, dotándolos de la energía necesaria para tocar. Disfruta con todo ello, saborea el momento presente...

2.     BOICOT PERSONAL.
Ocurre cuando te maltratas con tus pensamientos. ¿Te beberías un bote de lejía? ¿A que no lo harías?  Y entonces… ¿por qué te metes veneno en tus pensamientos tipo “no puedo”, “no me sale” ó “los demás lo hacen mejor”?
Para, frena, STOP. No pierdas tu “para qué”. Estás aquí para aprender música y para disfrutar de ello. No te distraigas.

3.     PÉRDIDA DE SENSACIONES POSITIVAS.
Puede que en algún momento hayas perdido la ilusión y te dediques a tocar porque es lo que hay que hacer, sin ilusión, sin motivación.
De nuevo, el camino es buscar tu “para qué” y tu vivencia con el instrumento para volver a encontrar el disfrute que ahora tienes automatizado y al que no prestas atención. ¿Y si tratas de enseñar a tocar a alguien de tu familia? ¿O a algún muñeco, a un imaginario amigo o a un extraterrestre? Prueba a contarles, desde tu pasión, todos los detalles de tu instrumento, de la música que interpretas, de las señales internas que experimenta tu cuerpo al tocar…. Descubrirás y conectarás con sensaciones que tenías al inicio cuando todo te llamaba la atención y que, en ocasiones, con la rutina, dejamos pasar de largo. Haz el ejercicio constante de mirar a tu práctica instrumental con pasión y curiosidad y te sorprenderás.

4.     MIEDO.
El miedo a una audición, concierto, clase, concurso… no puede ganarte. Llevas mucho tiempo practicando, invirtiendo toda tu energía y tus ganas en mejorar con tu instrumento, y deseas con todo tu corazón que todo te salga bien. Y eso es precisamente lo que piensas, que con todo lo que has estudiado te mereces ya de una vez por todas que te salga muy bien.
Ojo, no pierdas de nuevo tu foco, tu “para qué”. Y es que tu propia exigencia sobre el resultado hace que pierdas de vista el camino, el disfrute, las sensaciones… y que te enredes en pensamientos de exigencia y estrés que, como sabes, te generan sentimientos desagradables y de mucho sufrimiento. Por eso: centra tus pensamientos en disfrutar y saborear cada momento de tu estudio eliminando los pensamientos que no te aportan nada. Proponte siempre disfrutar del camino y olvídate de la meta porque así llegarás más fácil y, sobre todo, más feliz a ella.

En definitiva… ¿CÓMO QUIERES VIVIR TU PRÁCTICA INSTRUMENTAL? Tú decides!
 Ya hemos visto que pensar a la vez en lo que te gusta y te hace disfrutar y en lo que te aleja de ello, es incompatible a nivel cerebral. O piensas en una cosa o en la otra; tú decides, tú eres el protagonista y el responsable de tus pensamientos. La única y maravillosa tarea que tienes por delante consiste en aprender a hablarte en un idioma que te capacite y que te permita sentirte bien día tras día en tu práctica con el instrumento. Y en tu vida.

Ánimo. No te distraigas.


BIBLIOGRAFÍA

Inside out. Película
El juego interior del tenis. Timothy Gallwey
El hombre en busca del sentido. Viktor Frankl
Inteligencia emocional. Daniel Goleman
Focus. Daniel Goleman
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. Stephen Covey
Herramientas de coaching personal. Francisco Yuste
La ciencia de la felicidad. Sonja Lyubomirsky
Coaching para el éxito. Talane Miedane
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